Reflexión

Una esposa desesperada de su marido acude en busca de un sabio para comentarle la situación y le hace la pregunta
-Debo divorciarme?
El sabio se mantiene atento a su diálogo y después de escucharla le responde
-No
Ella desconcertada regresa a su casa y después de un tiempo regresa con el sabio a comentarle que las cosas con su marido están cada vez peor y nuevamente le hace la pregunta
-Ahora si, debo divorciarme?
El sabio nuevamente la escucha y le responde
-No
Ella con desesperación e intriga le pregunta
-Por qué me sigues contestando que NO después de todos los problemas que te cuento?
El sabio le responde
-Por que si el divorcio fuera la única salida, no me estarías preguntando si debes o no divorciarte

Los matrimonios son especiales, en ellos hay un compromiso contigo mismo y con el otro, el divorcio no debe ser motivo de capricho, coraje o medio para hacer sentir mal al otro y se debe tomar la decisión cuando no hay salida, cuando no hay dudas de que es la única salida, cuando no hay buenos momentos (no cuando no se reconocen o se ignoran), cuando el otro no complementa tu felicidad. Hablo del complemento, no de la responsabilidad del otro para hacerte feliz, la responsabilidad para ser feliz es tuya y la responsabilidad para que la relación o el matrimonio funcione es de ambos.

Escúchate en silencio y sin enojo y recuerda que tú elegiste a tu marido o esposa y siempre existirá un aprendizaje en esa relación.

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Lo más importante es aprender cómo sanar tu relación de pareja, cuando hay una crisis y saber cuales son los límites del amor, si amas o dependes de alguien para estar o sentirte bien, si estas por costumbre o por no sentirte solo, todo esto se puede sanar por supuesto y llegar a una relación más armónica con tu entorno y contigo mismo.

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Amate y Despierta a una nueva vida.

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